Comienza diciembre
de un año extraño.
Mirar atrás es pararme
en marzo
para ver que he crecido
y observar, tal vez orgullosa,
que me he reencontrado.
Y es un año extraño
pero eso, para mí,
no es malo.
Comienza diciembre
y me pregunto
si el año que sigue
me tendrá tanto cariño.
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