top of page
Foto del escritorJone Vicente Urrutia

Abuelo

Nunca antes me habías hablado de tu abuelo. Sí, ya sé, todos tenemos nuestros secretos: cosas que no se pueden contar, eventos vergonzosos e incluso… incluso personas enteras cuya existencia borramos por temor a ser juzgados. Aún así, me alegra que me hayas abierto esa ventanita a tu corazón: no me importa que sea un vidrio traslúcido en el que todavía hay objetos que no puedo ver nítidamente. Poco a poco iré discerniendo los elementos más relevantes para conocerte a ti y a tu familia. Por eso te agradezco que me hayas contado lo de tu abuelo. No, no te preocupes; no se lo diré a nadie.


Si te sirve de consuelo, el mío era un ermitaño― y lo digo en el sentido más literal de la palabra: cuidaba de una pequeña ermita y se libró de la guerra por motivos religiosos. Era un hombre arisco y solitario, pero siempre lo achacamos a su oficio. Aunque es muy probable que el hombre hubiera sido igualmente tosco aun habiéndose dedicado a la política. Siempre caminaba con un bastón en la mano y una mochila a la espalda: era como si su mundo entero cupiera ahí, en tan poco espacio. Cosas de la posguerra, ya sabes. Pequeños grandes traumas que afectan a cómo ves el mundo, que te hacen considerar qué objetos son absolutamente necesarios. Creo que mi abuelo nunca superó la guerra.


Pero estoy divagando… ¡Que no! Que no te preocupes: de mi boca no saldrá nada acerca de tu abuelo.

9 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Algo vivo

Tripanofobia

Comments


bottom of page