La lluvia

La incesante lluvia es ya la banda sonora de mi vida, con su rítmico goteo en los tejados metálicos de la ciudad. Hace más de tres meses que empezó, y no ha parado ni siquiera un día. No nos ha dado respiro mientras la sociedad tal y como la conocíamos se derrumbaba.

No me malinterpretéis: me gusta la lluvia. Es solo que ya no recuerdo cómo se sentía antes de que todo empezara. Tengo vagas memorias de salir a la calle sin el frío húmedo invadiendo mis huesos, sin el miedo a morir a manos de los bots. Son como pequeños instantes alojados en mi mente, que a veces puedo alcanzar. Pero la mayor parte del tiempo simplemente no recuerdo.

Trato de vivir mi vida como lo hacía antes, pero cada vez es más difícil fingir.

Ya no queda ningún atisbo de normalidad.

No puedo ignorar la muerte que infecta las calles. Ni la lluvia que camufla los olores a podredumbre.

Pero cada vez estoy más cómoda en este mundo.

La incesante lluvia es ya la banda sonora de nuestra vida. Poco a poco nos vuelve sumisos. Poco a poco no escuchamos nada más que el constante goteo en los metálicos tejados de la ciudad.