Mermay día 13: Foca
- Jone Vicente Urrutia
- 13 may 2021
- 1 Min. de lectura
Tlakamichin era un animal feliz, nadando sin preocupaciones en las cálidas aguas caribeñas. Su mejor amigo, que conocía desde su concepción, trabajaba sin parar en extraños experimentos que su simple mente no comprendía. Su vida era placentera y tranquila.
Pero todo cambió.
—Nos vamos, Michin. Tenemos que huir de aquí—le dijo su amigo un día, afligido. Nunca le había visto tan preocupado, así que supuso que, fuera lo que fuese, tenía que ser algo serio.
Le dio un lametón a modo de gesto tranquilizador y esperó que la sirena empacara sus instrumentos.
—Iremos al norte. Las aguas allí son frías y no nos encontrarán—La urgencia en la voz de su amigo se entremezclaba con una especie de seguridad, que tal vez no tenía, pero quería proyectar.
Sin cuestionarlo en ningún momento, Tlakamichin ofreció su cuerpo para transportar el equipaje. Así les sería más fácil huir.
El camino fue largo, pero la huida, rápida.
El frío que golpeó al animal cuando llegaron fue insoportable. Estaba claro que su fisionomía no estaba preparada para esas temperaturas. No sabía si llegaría a adaptarse a su nuevo hogar…
Pero entonces las vio: criaturas similares a él, más pequeñitas, con pelaje que les protegía del frío y, aparentemente, felices con su vida. Un vistazo a su amigo sirena le bastó para comunicar su deseo.
—Parece que ya tengo nuevo proyecto, Michin: crearte un pelaje sintético similar a estas criaturas.
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