top of page

Mermay día 21: Piratas

Sayiran asintió con la cabeza, sabiendo exactamente lo que Bao Tse quería de ella. El resto de la tripulación la miraba expectante—sabiendo lo que pasaría, pero con la anticipación que traía consigo presenciar un acto místico, casi sobrenatural.


Mientras se acercaba al aparato metálico que habían construido para ese preciso propósito, los hombres se apartaban a su paso. Le tenían miedo. Bien. Para eso estaba allí.


Bao Tse hizo la primera señal con sus manos. Todos se taparon los oídos con los tapones de cera. Sayiran esperó a la segunda señal.


Y entonces, cantó.


El barco mercante se acercó hacia el suyo de manera inmediata, su tripulación claramente hipnotizada por los encantos de Sayiran.


El abordaje, como todos los anteriores desde que la sirena accedió a trabajar con ellos, fue fácil, rápido; sin necesidad de derramar sangre.


Pronto serían los reyes del mar.


Si Sayiran les dejaba.

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page