Mermay día 9: Burbujas

Nadie podía entender exactamente cómo el pequeño Telxino se había metido en esa burbuja sin explotarla. Tampoco nadie sabía decir de qué material estaba hecha para conservar su integridad a pesar de los golpes y pinchazos que le habían propinado para liberar a la sirena.

Lo que había comenzado como un juego era ya un problema. Telxino gritaba asustado, pero todo sonido se ahogaba en las extrañas paredes de la burbuja.

Pasaron horas de intentos de rescate en vano. Telxino comenzaba ya a sentirse cansado, débil, cerca del desmayo.

De pronto, la burbuja comenzó a moverse con la sirena dentro. Los espectadores trataron de seguirles y de mantener el ritmo a través de las corrientes marinas.

La burbuja fue más rápida. Nadie supo a dónde había sido transportado Telxino. Nunca más lo vieron.

Lo último que vio Telxino en vida fue un campo lleno de burbujas, ocupadas por miles de cadáveres de sirenas. Un jardín macabro adornado de esqueletos del que él, sin lugar a duda, formaría parte.