Música

La música que escuchaba con ansia, con una impaciencia impropia de una actividad normalmente reservada a una tranquilidad conocida, la mantenía despierta y le daba unos ánimos que ni siquiera sabía que necesitaba.

La música lo era todo en ese instante. Un ritmo con el que componer oraciones. Una letra con la que establecer paralelismos. Una sinfonía de calma intelectual que no llegaba a invadirle del todo.

Necesitaba música y la escuchaba desesperadamente, porque era su oxígeno para escribir un día más.