Spooktober día 19: Parca

¿Qué era esa mujer? ¿Era un demonio? ¿Una bruja? ¿Un espíritu del bosque? Su apariencia no daba pistas, pero todo el que la viera sabría que no era humana.

Alta y pálida, su cabello ocultaba sus ojos. Quien tuviera la mala fortuna de verlos, se hundiría en un abismo. No eran ojos: eran la entrada a otro mundo, donde los espíritus podían rondar libremente, sin el peso material de un cuerpo falible.

Su boca, desdentada, se contorsionaba en muecas indescriptibles. Eran como sonrisas macabras que hablaban de terrores nunca conocidos por humanos. A veces daba la sensación de que su boca desaparecía en la oscuridad que permeaba.

Nadie jamás había escuchado palabra alguna viniendo de esa oscuridad. Al menos, nadie había salido con vida para contarlo.

Sus alargados brazos, desproporcionados para su figura, culminaban en unas zarpas animalescas. Más que dedos, tenía cuchillas. Segaban la vida de cualquiera que se pusiera en su camino. Tantos siglos cosechando almas habían hecho inútil la necesidad de utilizar una guadaña.

Claro, estéticamente era más bonito, pero ella prefería sus garras. Eran mucho más prácticas para realizar su trabajo.