Spooktober día 21: Libro de hechizos

La primera vez que leyó esas palabras, sintió un poder que nunca había conocido. Era una corriente eléctrica recorriendo su cuerpo y culminando en su cabeza. Era una sensación extraña, un cosquilleo placentero en los dedos.

Sí: la primera vez que leyó el libro, se le abrió un mundo de ilimitadas posibilidades. Todavía no entendía gran parte de lo que estaba escrito, pero había algo en ella que tenía la certeza de que lo haría algún día.

Por eso, a sus cinco años, Morgana no desesperó. La sabiduría de sus ancestros ya estaba entrando en su cuerpo. Era tan solo una cuestión de esperar. Y paciencia no le faltaba.

Cuando la niña cerró el libro, un simple volumen de historias infantiles, se dio cuenta de que los poderes mágicos, la sabiduría inmortal, la destreza hechicera— todo eso no dependía de un libro en concreto. Cualquier pieza literaria le concedía un poder ilimitado.

Y ese era el mayor secreto que había aprendido en aquella inocua sesión de lectura.