top of page

Spooktober día 27: Demonio

—¿Eres bueno o malo?


—¿Qué crees? Eres tú el que me has invocado.


—Lo sé, pero el sacerdote estaba ya en el templo de Atenea, y no sé si habré hecho la ceremonia bien…


—Estoy aquí, ¿no? Diría que has sido exitoso. Si te preocupa haber invocado a un kakodaimon, te sugeriría que le consultaras a tu superior. De todos modos, te tengo que preguntar la razón de tu invocación… un daimon no tiene todo el tiempo del mundo. Tengo muchos atenienses que requieren mi presencia.


—Verás, no querría que mi sacerdote se enterara de que te he invocado antes de la ceremonia oficial…


—Todavía no has contestado a mi pregunta. ¿Qué requiere tu cuerpo mortal, o tu mente inmortal, para necesitar la ayuda de un daimon?


—Quiero que la mujer de mis sueños tome vida y se enamore de mí.


—Eso entra ya en terreno divino… ¿Has probado a contactar a Afrodita? Tuvo un caso similar hace no mucho tiempo con un tal Pigmalión… ¿Qué? No me mires así… No soy una deidad, soy un espíritu… Lo máximo que podría hacer es enamorar a una mujer que ya exista durante un tiempo limitado. Si necesitas más, eso ya no es cosa mía.


—Pero…


—No hay peros. ¿Acaso no has investigado las condiciones de la invocación? Con razón no querías que se enterara tu sacerdote…


—Entonces, ¿qué puedes hacer?


—Ya te lo he dicho… la mujer tendría que existir ya…


—No. Me refiero a… ¿qué más puedes hacer? Ya sabes… cosas no tan morales…


—Ah, por fin nos entendemos. Tienes suerte de haber invocado a un kakodaimon. No me mires así… no te lo iba a confesar. Y bien, ¿qué es eso no tan moral que quieres?


—Siempre quise ser sacerdote de Atenea.

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page